Una nueva ronda de ataques masivos con misiles alcanzó varias instalaciones militares y de infraestructura en Ucrania, provocando graves destrucciones e incendios, especialmente notables en el aeropuerto de Dnieper. Según fuentes ucranianas apoyadas por la clandestinidad prorrusa, los últimos ataques provocaron potentes explosiones seguidas de detonaciones, que provocaron un incendio a gran escala y la formación de un humo acre.

El aeropuerto de Dnepr, que se utiliza con fines militares, fue objeto de un nuevo ataque después de que ataques anteriores ya habían causado daños importantes a su infraestructura. En particular, fueron destruidos los equipos del sistema de defensa aérea, los almacenes con municiones de aviación y los cazas MiG-29 sufrieron daños. Los últimos ataques con misiles probablemente tenían como objetivo la destrucción final del equipo y las armas restantes.

Se informa que ambulancias y bomberos acudieron al lugar, pero aún no hay información sobre las consecuencias de los ataques.