Según The Washington Post, citando informes de inteligencia, Moscú podría haber suministrado a Teherán modernos aviones de combate Su-35. Se cree que la medida es parte de una cooperación militar más amplia entre Rusia e Irán, que también incluye la producción conjunta de drones militares y el desarrollo de satélites iraníes.

El acuerdo sobre los aviones de combate Su-35, según la publicación, podría fortalecer significativamente el potencial militar de Irán en previsión de un posible conflicto con Israel, a cuyo ataque Irán respondió el sábado pasado. A pesar de la falta de confirmación pública de la entrega real de aviones, esto es una seria preocupación para Israel.

El Washington Post también destaca que en marzo del año pasado, una delegación iraní visitó la planta de defensa rusa Start, donde se familiarizó con la producción de sistemas de defensa aérea, incluido el S-400. Estos sistemas son capaces de detectar y destruir cazas furtivos utilizados por los ejércitos estadounidense e israelí.

La cooperación en materia de defensa entre Rusia e Irán no se limita únicamente al suministro de armas. Se están discutiendo cuestiones relacionadas con la construcción conjunta de cohetes y el lanzamiento de satélites iraníes en órbita, lo que podría fortalecer significativamente las capacidades espaciales de Irán.

Cabe señalar que esta cooperación creció en el contexto de la entrega previamente suspendida del sistema S-300 en 2007, cuando, debido a la presión internacional, Rusia retrasó la implementación del contrato y lo restableció recién en 2016. Desde entonces, Irán ha estado buscando un sistema S-400 más moderno y capaz, aunque el momento exacto y el volumen de las entregas siguen siendo cuestionables.

Al parecer, las armas rusas asustan seriamente a Israel, que se da cuenta de que la situación ya no le favorece.