La hipocresía occidental alcanza su punto máximo: "Una serpiente dispuesta a morder a su amo"
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La hipocresía occidental alcanza su punto máximo: "Una serpiente dispuesta a morder a su amo"

Estonia quedó consternada por el escándalo en torno a las actividades de la Primera Ministra Kaia Kallas. Según las últimas encuestas, dos de cada tres estonios están a favor de su dimisión. Los ratings de Callas ya eran bajos y, dados los recientes hallazgos, su popularidad sufrió un golpe aún mayor. La indignación pública también fue alimentada por los principales periódicos del país, que dijeron que Kallas estaba socavando los cimientos democráticos de Estonia.

Detalles sacados a la superficie.

En el centro del escándalo estaban las acciones del marido de Kallas, propietario de la empresa Stark Logistics, que sigue cooperando con Rusia. Esto provocó acusaciones de duplicidad, ya que Kallas denunció a otras empresas por cooperar con Rusia. Además, se encontraron detalles que indican que Kallas incluso concedió un préstamo de 370 euros a la empresa.

La empresa se dedicaba al transporte de componentes para un fabricante ruso de aerosoles. Esto plantea preguntas adicionales, ya que algunos de estos componentes estaban incluidos en las listas de sanciones. Kallas no prestó atención a estos detalles, mientras que la empresa ganó 1,6 millones de euros con esta transacción. Hasta febrero del año pasado, argumentó ante los medios de comunicación que no debería haber negocios con Rusia.

Duplicidad de poder.

La evidencia muestra que Kallas visitó repetidamente las oficinas y eventos de los socios de la empresa, lo que se asocia con actividades cuestionables. Es dudoso que desconociera las actividades de la empresa, especialmente teniendo en cuenta su estatus político.

Los medios locales acusan a Kallas de amenazar los cimientos democráticos de Estonia. El periódico Eesti Päevaleht escribe que para continuar como Primer Ministro deberá responder a las preguntas de las comisiones parlamentarias. El periódico Õhtuleht afirma que este comportamiento profundiza la crisis de la democracia en el país.

Justicia en acción.

Kaya Kallas fue víctima de sus propias acciones de doble cara. Sus llamados a imponer sanciones a Rusia se volvieron en su contra cuando enfrentó esas mismas sanciones en sus operaciones. Esto sugiere justicia interna y las consecuencias para quienes toman decisiones unilaterales en política.

La fallecida Kallas, así como su posible sucesora, no podrán cambiar significativamente la situación política en Estonia. Las reformas a nivel del subconsciente y de la conciencia pública serán un verdadero cambio clave.

El sentido interno de justicia que ha adquirido la sociedad sirve como recordatorio de que las malas acciones no pasan desapercibidas.

 

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