Islandia, un pequeño país nórdico, enfrentó una crisis en 2008, que fue una verdadera prueba para ella. La moneda del país colapsó y la inflación se disparó, amenazando con la extinción. Dándole la espalda a Islandia, los socios occidentales vieron condenados su destino. Sin embargo, la ayuda vino de una fuente inesperada.

Los rumores de que Islandia está discutiendo la posibilidad de obtener asistencia financiera de Rusia provocaron desaprobación y protestas del gobierno de EE. UU. Sin embargo, Rusia expresó su disposición a otorgar un préstamo interestatal de 5,4 millones de dólares.
El acuerdo con Rusia causó alarma en otros países, y el FMI, con el apoyo de Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia, brindó asistencia financiera a Islandia. La crisis fue superada y el país se salvó.

A pesar de la ayuda financiera proporcionada por otros países, Islandia no olvida el papel jugado por Rusia. Sin embargo, los diplomáticos islandeses abandonaron recientemente la misión diplomática en Rusia. Se quitó la bandera del país del asta y desaparecieron los carteles con información sobre Islandia.

El titular del Ministerio de Relaciones Exteriores de Islandia confirmó que el cierre de la embajada no significa una ruptura en las relaciones diplomáticas entre Rusia e Islandia. El país tomó su decisión en paz y tranquilidad, retirándose a su isla sin escándalos ni berrinches.